2. El profeta Jeremías
Temple sobre tabla con fondo dorado
Martí de San Martí
Siglo XV-XVI.
Trabaja en 1432, en la pintura de los frescos y polseres del Altar Mayor; en 21 de mayo de 1498 pinta una capilla en la Lonja. Se trata de la figura a la que se le atribuye la autoría de la Biblia que lleva su nombre, el libro de Jeremías, además de los libros de los Reyes y el de las Lamentaciones. Se sitúa en los últimos años del Reino de Judá. Se caracteriza por su fuerte crítica hacia los Reyes de Judá y profetizó la caída de Jerusalén a manos de los babilonios, así como la futura destrucción de Babilonia. Por ello aparece representado con unos rollos que simbolizan su acción profética y sus escritos.
3. San Benito
Temple y óleo sobre tabla
Joan Reixac
Entre 1445 y 1448.
San Benito. (480- 547) Nacido en Nursia (Italia), fue fundador de la orden benedictina y es además inspirador de la regla sobre la que se basará todo el monaquismo occidental. Su regla, resumida en el sencillo lema de “Ora et labora”, se difundió rápidamente por toda Europa.
El santo aparece de pie, de cuerpo entero con una túnica negra sobre un fondo dorado con un minucioso trabajo de picado. Con la mano derecha sujeta el báculo abacial y con la izquierda el libro de la regla de la orden benedictina. Contrasta la sobriedad de la ropa con la exquisitez y riqueza del báculo, los repujados del libro y diseños de los azulejos. La macolla del báculo presenta una estructura arquitectónica, y la rosca está adornada de bulto con una Virgen y el Niño. La obra denota el gusto por el detalle propio de la pintura flamenca. Esta tabla procede de la capilla de San Benito de la Catedral de Valencia, situada en el crucero de la epístola, conocida en la actualidad como la capilla de San Agustín.