Información
Cartela 18
2. Santa Elena portando la cruz
Ca. 250-329
Temple sobre tabla
Gonçal Peris
Siglo XIV-XV
Madre del emperador Constantino.
Elena desempeña un decisivo papel en el descubrimiento de la Vera Cruz, aquella donde Cristo fue crucificado. Por ello siempre aparece representada con corona alusiva a su dignidad imperial, la Cruz y los tres clavos de Cristo. En este caso, narra el momento en que Santa Elena, anciana ya, viajó a Jerusalén en busca de la Cruz del Salvador, la misma que su hijo había visto en sueños la noche anterior a la batalla del puente Milvio y que, llevándola como estandarte le había dado la victoria. Después de hacer confesar a un judío llamado Judas en un pozo seco, averiguó el lugar donde estaban las tres cruces. Para saber cuál era la verdadera, hizo que tocasen con las cruces un cadáver que llevaban a enterrar en ese momento, y el difunto se levantó resucitado al tocar la Cruz de Cristo.
3. La duda de santo Tomás
Temple sobre tabla
Marsal de Sax
año 1400.
Marçal de Sax representa la tercera vía de la pintura valenciana de la época (junto con la italianizante de Starnina y la de Pérez Nicolau y su taller). Marçal de Sax realiza decoraciones para la casa de la Ciudad y trabaja para la cátedra, en retablos de gran relieve de los que solo nos queda un fragmento de una tabla pintada titulada La duda de Santo Tomás, pintado hacia 1400, fecha en la que se hizo el pago.
El retablo iba destinado a la capilla de Santo Tomás. El estilo pictórico de esta tabla es de un gran abigarramiento en los personajes que aparecen enormemente apretados, no teniendo importancia el lugar en el que se realiza el hecho. Sobresale la congestión del espacio y el protagonismo de las figuras de rasgos rotundos y exagerados. El artista pinta rostros afilados de grandes narices y enormes ojos hundidos de expresión oscura que parecen haber sido tallados en madera en lugar de pintados. Las anatomías son esquemáticas y pierden su relieve bajo los ropajes.
4. Virgen de la Humildad
Temple sobre tabla,
fondo dorado y grabado
Llorens Saragossà
Segunda mitad del Siglo XIV.
María sentada en un cojín con una postura atrevida, da de mamar a su hijo.
Este tema que tuvo especial predicamento en el arte valenciano, como consecuencia de la gran veneración de la que fue objeto por estas tierras la Mare de Déu de la Llet, refleja a la perfección esa humanización de lo divino que tiene lugar a fines de la Edad Media, y que permite representar a María madre, alimentando a su hijo e identificarse con ella a todas las mujeres de la tierra.
Porta una corona con doce estrellas y el cuarto de luna a los pies de María que la identifican con la mujer descrita por San Juan en el capítulo XII del Apocalipsis, que a su vez, y siguiendo los textos de la época, era identificada con la Iglesia. Está rodeada de ángeles músicos con instrumentos antiguos: un órgano portativo , una viola de gamba, una tiorba y un laúd.