Descripción

La sala séptima es el espacio construido en tiempos del obispo Alfonso de Borja, luego Papa Calixto III, llamado “la librería de los Borja”, con su columna helicoidal, anterior a las famosas de la Lonja de la seda.

Ahora está dedicada al arte de los siglos XIV y XV, donde destacan las imágenes auténticas de la Puerta de los Apóstoles de la catedral, sobre el fondo del muro exterior de la antigua Sala Capitular, actual Capilla del Santo Cáliz; estas imágenes encuadran una imagen en piedra de la Virgen con el Niño, del siglo XIV.

Las pinturas de esta sala están realizadas al temple y al óleo sobre tabla y son de estilo gótico internacional, en un momento cumbre del arte y la cultura valenciana, su “Siglo de oro”. Debemos fijarnos en lado izquierdo en “La duda de santo Tomás”, que es una obra documentada de Marsal de Sax, del año 1400, y es la más antigua de la catedral, y en pinturas muy singulares de autores como Gonsal Peris, Jacomart y Reixach, que muestran una marcada influencia flamenca.

También veremos la imagen en piedra de la Virgen de san Juan del hospital y las tablas representando, entre otras, a san Vicente Ferrer, que es la más cercana al Santo en vida, el gran icono de la Virgen de la leche y el precioso retablo en madera policromada, de estilo gótico borgoñón, obra de Carles Gonçalbes, representando la dormición de la Virgen María y su asunción al cielo. Todas ellas muestran una humanización que supera la rigidez del arte románico de los siglos anteriores.

En este momento de la historia, las imágenes de los santos son objetos de devoción, que nos ponen en presencia de aquellos bienaventurados que pueden ayudarnos en nuestras necesidades y angustias; por eso están pintadas sobre un fondo dorado que representa el mundo sobrenatural y divino donde viven.